El Renacimiento es un movimiento cultural que abarca todos los aspectos de la actividad humana. Se trata de un cambio de mentalidad, una nueva valoración del mundo, la persona y la existencia. Realmente el Renacimiento, es el renacer a lo clásico, es decir, a la cultura grecolatina.
El Renacimiento se caracteriza por su transformación social e ideológica. Sus dos características principales son:
– La imitación de los modelos clásicos.
– La aplicación de los principios del humanismo.
El nacimiento y expansión del Renacimiento tiene su origen en una nueva organización social y se manifiesta en los siguientes factores:
a. Nacen algunos estados modernos, asciende la burguesía y los ciudadanos participan en las tareas de gobierno.
b. Se producen cambios en el sistema de producción artesanal y aparecer indicios de precapitalismo.
c. Se descubre y conquista nuevos mundos que amplían el universo y el conocimiento humano.
d. Surgen grandes inventos (brújula, papel…) y son constantes los progresos técnicos (el molino de viento etc).
Se revitaliza nuevas corrientes ideológicas y se crea un ideal de ser humano distinto al medieval. El modelo renacentista es el cortesano, hombre diestro en armas y letras.
Se realiza una crítica del pensamiento medieval y se revitaliza ideas filosóficas anteriores:
En consecuencia, el hombre es el centro del universo (antropocentrismo), y el poder de la razón y el cultivo de la inteligencia la convierten en un ser superior. Con ello se abandona el teocentrismo medieval y la idea del mundo como»valle de lágrimas», y la naturaleza aparece como lugar de goce y disfrute.
Las ciudades-estado italianas que anhelan restaurar los ideales clásicos, convierten las culturas griega y latinas en punto de referencia y estudio. Por ello, frente a la originalidad, toma importancia la imitación de los grandes autores por su prestigio.
De esa admiración e imitación, y de la defensa del latín, nace la preocupación por las lenguas nacionales, consideradas como el medio más natural de expresión. Además el latín se convierte en el idioma de la cultura; en él de se describen las obras de investigación y su conocimiento permite el acceso directo a Homero, Platón, Cicerón, Virgilio y Horacio, hasta entonces leídos sólo por una minoría culta.
Con el Renacimiento se concede importancia a los estudios humanísticos, que comprendían gramática, retórica, poética, historia y filosofía y a la preocupación por la cultura clásica.
El humanista es un erudito, un crítico que se basa en estos principios:
a. Profundos conocimientos sobre la antigüedad grecolatina.
b. Anhelo de restauración de los ideales clásicos.
c. Defensa del estudio, lectura y uso de las lenguas clásicas.
d. Valoración entusiasta del mundo y de la dignidad del ser humano.
Este interés por la antigüedad clásica, unido a la preocupación por el desarrollo de las ciencias y el estudio de la naturaleza, crean ese nuevo concepto del mundo y del arte que denominaremos Renamiciento.
a. Dante Alighieri, autor de la Divina Comedia, es considerado el primer escritor europeo moderno.
b. Francesco Petrarca, primer humanista que en sonetos y canciones, canta su amada Laura, una dama idealizada.
c. Giovanni Bocaccio, prosista y autor del Decamerón, una amarga sátira narrativa contra las instituciones de su época. Es el continuador de Dante.