La poesía barroca del siglo XVIII se mantuvo entre la continuidad y la ruptura de los temas, las formas retóricas y los metros del sig
Se pueden distinguir dos apartados:
- Los grandes temas del Renacimiento: El amor, la naturaleza y la mitología.
- Los temas moralizantes, que reflexionaron sobre la brevedad de la vida y la fugacidad de las cosas terrenales y contemplaron la existencia de forma alegórica como sueños, engaños y falsedad.
Los temas renancentistas evolucionaron de acuerdo con la actitud barroca:
- El amor adquirió un sentido transcendente. Conservó la visión cortesana de la amada enemiga y las imágenes petrarquistas de «luz», «llama», «ardor»… Pero nunca como algo efímero sino como sentimiento eterno que debía perdurar más allá de la muerte.
- La naturaleza se transforma en objetos moralizantes: La pérdida de su belleza, sobre todo la de la rosa, simbolizó la fugacidad de la condición humana.
- La mitología fue un punto de referencia en dos sentidos: O como asunto noble que podía convertirse en belleza, o como un juego retórico que por contradicción expresiva podía convertirse en parodia.
Los temas del Barroco nacieron de la desilusión y el pesimismo:
- El tiempo y su fugacidad, la brevedad de la vida y la presencia de la muerte, fueron eficaces motores creativos y encontraron en el reloj, en las ruinas -ubi sunt?- y en el carpe diem, que invita a atrapar la fugacidad de la vida y la hermosura.
- El sueño se convirtió en símbolo de la vida y de la muerte, de la doble concepción de la existencia como realidad y apariencia.
- El espejo, por su parte, se convirtió en símbolo del desengaño, en signo de la sabiduría estoica contemplaba y desdeñaba la vida como engaño y falsedad.
- El problema de España, que resumió el ambiente político y se presentó desde la gravedad crítica o desde la sátira corrosiva.
La poesía culta barroca continuó con el verso endecasílabo, apto para la expresión lírica, y el soneto y la canción, como poemas estróficos más peculiares. Los poetas por su parte, formaron dos grupos muy distintos:
- Los que rompieron el equilibrio clásico entre el contenido y la expresión, es decir, los culteranos, los conceptistas, y los que, como Lope de Vega, armonizaron ambas tendencias.
- Los que mantuvieron el ideal estético de naturalidad y selección propio del clasicismo renacentista.
Por tanto, se distinguen tres tendencias: Culterana, conceptista y clasicista.